Érase una vez, al norte, muy al norte, allí donde la Aurora Boreal hipnotiza... donde el blanco de la nieve lo inunda todo, justo allí, en medio de los árboles nevados, había una casita, una casita con un trono rodeada por un cierre de troncos de madera al que los animalitos del bosque se asomaban curiosos y donde jugaba una familia de osos polares; mamá osa y sus tres pequeños oseznos, blancos y peludos.
Los cachorros se divertían jugando con las piñas nevadas bajo la atenta mirada de su mamá... Las pequeñas lechuzas vigilaban desde las ramas nevadas de los abetos... Todos esperaban con impaciencia el día en el que los niños llegasen... lo dijo el búho sabio con su voz grave: "...llegarán en Navidad..." vendrán para visitarnos, entregar sus felicitaciones, sus cartas llenas de ilusión y de listas de regalos... solo tenían que seguir las flechas que señalaban el camino.
Y entonces los niños llegaron y sus caritas se iluminaron al ver la nieve la casita, los osos, el trono y justo en ese momento, todo el trabajo, los domingos sin descansar y los imprevistos solucionados sobre la marcha desaparecieron de un plumazo...
Para nosotros tan solo quedó la estampa de Laponia en Parque Ferrol y porque no decirlo, esa satisfacción que sientes cuando te gusta lo que haces y alguien confía en ti para que lo hagas...
Gracias a Parque Ferrol y a Verbung por esta preciosa oportunidad... Y colorín, colorado ¡Nos vemos en Laponia!